Javier Bauluz, poseedor del único y más prestigioso premio Pulitzer de periodismo que tiene España, tuvo la idea, viendo cómo la izquierda no se moviliza suficientemente en época de elecciones, de solicitar a los colegas que colaborásemos para organizar una red social en la blogosfera que solicitase el voto para José Luis Rodríguez Zapatero. Somos muchos los que hemos acudido a la llamada del director de la Semana de Fotoperiodismo de Gijón, y nos hemos pronunciado: “Yo voy a votar a Zapatero”. Todos tenemos derecho a no declarar nuestra intención de voto pero también tenemos derecho a declararlo. ¿Alguien duda de lo que van a votar Luis María Ansón, Pedro Jota Ramírez, Federico Jiménez Losantos, Curri Valenzuela, Carmen Gurruchaga, Cristina López Schlichting, Carlos Mendo? ¿Y del otro lado, Iñaki Gabilondo, Ignacio Escolar, Rafael Torres, María Antonia Iglesias, Enric Sopena , Margarita Riviere? Ni es criticable la prudencia de algunos por estar trabajando en medios afines al PP ni lo es que otros no tengamos el mismo condicionante para decir abiertamente lo que pensamos votar. No pedimos el voto de los demás, sólo decimos públicamente cual es el nuestro.Interesante reflexión de Enrique Meneses, a propósito de lo citado, sobre imparcialidad en esta bella profesión, el periodismo.
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Me parece muy bien que cualquier persona, sea un tornero-fresador (¿por qué siempre escogemos esta extraña profesión para poner ejemplos?) o periodista, diga lo que quiera, se signifique políticamente o lo que haga falta.
Estoy de acuerdo también en muchas de las cosas que dice el admirado Enrique en su blog. En lo que no estoy nada de acuerdo es en dividir a la profesión entre valientes (quienes dicen a quién van a votar) y cobardes (los que se callan), por mucho que se diga que ambas opciones son respetables. No nos engañemos, ¿es respetable la cobardía?: nunca lo fue.
Ahí está el problema: si yo no digo públicamente a quién voy a votar, alguno podría pensar que no me quiero significar, por cobardía, según el cerrado esquema anterior.
¿Y si realmente lo que pasa es que no me siento lo suficientemente satisfecho no ya con un partido en concreto, sino con todos ellos como partes de un sistema en el que ellos son los caudillos?
En mi subjetiva opinión, creo que el periodista no debería significarse por un partido u otro. No por la supuesta imparcialidad, objetividad, blabla entre opciones políticas, que ya sabemos que no existe ni-de-coña. Sino porque al hacerlo, el periodista no se está significando (aunque lo crea) ante una política concreta -no digamos ya ideología-, sino ante una estructura que es lo menos democrática que tiene la democracia: la de un partido.
Es mi humildísima y apaleable opinión en estos tiempos de empatía cero ante lo diferente :P
Salud!
Lo decía en los comentarios de la entrada que escribía en NR http://cesar.lasideas.es/?p=2057#comments, compartiendo esta entrada no sólo quería dejar patente el hecho de que los periodistas pueden hacer público su voto, igual que un tornero-fresador o un sexador de pollos, sino que, como dices, la cosa va más allá de partidos.
Quiero periodistas comprometidos, que luchen por las causas y las cuestiones que crean convenientes, siguiendo siempre pautas de verificación y rigor informativo.
Ponerte un pin no es hacer periodismo comprometido, pero creo que en un moemnto como el actual en el que tan feo queda pronunciarse y está tan de moda (desgraciadamente) la tendenciosidad disfrazada de imparcialidad y objetividad, está bien que no se lapide a nadie por mostrar su opinión.
¿Cambiará la profesión algún día?
Un saludo Pau!